Cuando un visitante atraviesa el arco de la muralla y entra en el Alcázar Viejo de Córdoba, un saludo de bienvenida salta en su dispositivo móvil y descubre que ha llegado a un recinto de patios de flores y wifi libre. Este encaje de cultura y tecnología es fruto de un proyecto empresarial promovido por la familia Rosales, que se ha ido fraguando durante los últimos veinte años. «Es el primer barrio inteligente de Andalucía», subraya Alberto Rosales, administrador de Grupo Puerta Sevilla, cuya propiedad comparte con sus hermanos Isabel y Paco.
Esta firma hostelera toma su nombre de una de las dos puertas romanas por las que se accede al barrio de San Basilio, como también se conoce esta zona del casco histórico cordobés. Aquí se encuentran los tres restaurantes de la firma: Puerta Sevilla, el buque insignia, que ocupa una casa de 200 años con su tradicional patio repleto de flores; Taberna La Viuda y La Posada del Caballo Andaluz, situado junto a las Caballerizas Reales y al Alcázar de los Reyes Cristianos.
Los hermanos Rosales son la segunda generación en el negocio de bares y marisquerías que inició su padre, Alberto Rosales Ortega, un nombre de peso en la hostelería de Córdoba. La familia decidió en 1999 trasladar su actividad al casco histórico y abrió un primer restaurante (Puerta de Sevilla), que este año celebra su 20 aniversario.
«Cuando llegamos, el barrio estaba lleno de tendidos eléctricos y coches aparcados de cualquier manera. No se podía pasear. Ahora es totalmente peatonal. Nosotros luchamos para que se quitase el cableado y ayudamos a los vecinos a mantener los patios», explica Alberto Rosales. Un aparcamiento próximo de 550 plazas es uno de los servicios que ha contribuido a rehabilitar esta zona de gran potencial turístico donde se concentran hasta 20 patios cordobeses, elementos característicos de la capital de la Mezquita que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad.
Con este reclamo y las Caballerizas Reales del siglo XVI, el atractivo del Alcázar Viejo es irresistible. Puerta Sevilla ha impulsado lo que denomina un proyecto de «turismo experiencial» para que los visitantes «no solo vengan a comer al restaurante», señala Rosales.«Con tecnologías del siglo XXI interconectamos con el cliente y, además, hemos incorporado procesos internos de gestión más modernos y eficientes en nuestros establecimientos», añade.
Así, a través de códigos QR activados en todo el barrio amurallado, los turistas se pueden dar de alta y recibir propuestas de ocio como visitas a una ruta de patios, a los monumentos o a las caballerizas donde se exhiben ejemplares de pura raza española.
Puerta Sevilla tiene 50 empleados y proyecta abrir este año su propia oficina de turismo para ampliar la oferta con talleres de elaboración de salmorejo y flamenquín o catas de vinos de la DO Montilla Moriles.
Fuente: Hoy (27/04/2019)