Si vas a viajar a Córdoba por Navidad, debes saber que su magia va mucho más allá de las luces, las canciones o los mercadillos navideños. Porque su repostería tradicional hace que las calles huelan a canela, miel y almendra. Son unas fechas que invitan no solo a recorrer la ciudad, sino también a disfrutar de sus dulces navideños más clásicos. Y hoy te vamos a contar cuáles son, para que no te pierdas ni un detalle de su gastronomía.

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Introducción: la tradición navideña cordobesa y sus sabores
La Navidad cordobesa es sinónimo de tradición, de luces y de comida. Sus dulces característicos son prácticamente todos artesanales, y tienen raíces que nos llevan hasta la cocina tradicional andalusí, así como las costumbres rurales que se mantienen vivas en pueblos. Y nos encontramos con la presencia de ingredientes tradicionales como la miel, las almendras, el ajonjolí… ¡E incluso el vino dulce de Montilla-Moriles! Todo esto es un fiel reflejo de siglos de historia y de fusión cultural.
Lo habitual es que las familias comiencen a preparar estos dulces a finales de noviembre o principios de diciembre, ya sea de forma artesanal en las casas o yendo a los comercios a comprarlos. Las despensas se llenan de polvorones, perrunas, roscos de vino y, cómo no, turrolate. Y los conventos y monasterios (especialmente de la capital, Priego, Rute o Lucena) se convierten en los principales proveedores de estos auténticos manjares. De esta manera, se aseguran de que las tradiciones continúen con vida.
Los dulces más representativos de la Navidad en Córdoba
A continuación, te vamos a contar cuáles son los postres típicos de Navidad, así como todos esos dulces que son realmente representativos. ¡Tienes que probarlos todos!
Alfajores
No podemos comenzar de otra manera que hablando de los clásicos alfajores cordobeses, un tesoro que proviene de la tradición andalusí. Su receta se basa en frutos secos, miel y especias como la canela o el clavo, de ahí que nos traiga esos ecos de la repostería árabe. Normalmente, se presentan como pequeños ladrillos, compactos y envueltos de forma individual, cubiertos de una suave capa de azúcar glas. Tienen una textura tierna, un sabor que equilibra a la perfección lo dulce y lo especiado, y son muy aromáticos. Los más conocidos son los de la localidad de Rute, donde su producción es un auténtico reclamo turístico.
Mantecados
Forman parte del alma de la Navidad en toda Andalucía, y rara es la casa en la que no haya una bandeja de mantecados cada año. Se elaboran a base de harina, manteca de cerdo, azúcar y, en ocasiones, con toques cítricos o de canela. Se deshacen en la boca, llevándonos de vuelta a todas esas navidades de cuando éramos niños.
Lo más habitual es encontrar distintas variedades: de canela, de ajonjolí o incluso de limón. Estas son las versiones más conocidas, pero hay otras modernas que también se han hecho populares en los últimos años.
Perrunas
Las perrunas son uno de los dulces caseros más queridos de Córdoba. Se hacen con una masa de harina, azúcar, canela y aceite de oliva (aunque es cierto que hay recetas que lo cambian por manteca), y su magia reside en que se moldean a mano. Eso hace que tengan una forma irregular, mucho más artesanal. Cuentan con un sabor sencillo, apto para todos los paladares, un auténtico símbolo de la gastronomía cordobesa.
Polvorones
Los polvorones no son lo mismo que los mantecados, aunque pueda parecerlo. Su textura es bastante más quebradiza, y se caracterizan por tener almendra molida. Además, es ese horneado ligero lo que les da aspecto de fragilidad. En Córdoba se consumen en formatos bastante tradicionales, envueltos siempre en papel y aromatizados en función de su sabor: vainilla, limón, chocolate…
Su nombre proviene justo de esa textura que tienen, tan polvorienta, que hace que se deshagan en la boca. ¡Un imprescindible!
Roscos de vino
No hay Navidad sin un rosco de vino, puesto que son un clásico de la gastronomía cordobesa. Su receta es sencilla: harina, azúcar, ajonjolí y anís, además de vino dulce. Es esto lo que hace que tenga ese toque tan mágico, tan inolvidable. Lo más característico de estos roscos son ese aroma a anís, ese toque especiado y una textura crujiente que hace que quieras comerte más de uno.
Turrolate
El turrolate se ha convertido en uno de los dulces más singulares y famosos de toda la provincia de Córdoba, así como una seña de identidad de localidades como Rute. Como su nombre nos indica, es una mezcla de turrón y chocolate: una barra que se elabora con cacao, azúcar y almendras trituradas. Su textura nos recuerda al turrón, pero el sabor es mucho más intenso. Encontrarás distintas versiones, desde las más duras hasta las más cremosas, pero todas con ese sabor tan intenso y adictivo.
Yemas
Las yemas se han convertido en las herederas de la tradición cordobesa, especialmente de los conventos. Son bocas pequeños, de hueco y azúcar que se cuece a baja temperatura hasta formar una masa dulce, tierna y, además, brillante. Tienen una textura suave y un sabor muy delicado, algo que hace que sean un dulce perfecto para los golosos.
El papel de los conventos en la repostería cordobesa
La repostería navideña no se puede concebir en Córdoba sin la labor de los conventos, que llevan desde la Edad Media manteniendo una elaboración artesanal. Son casi guardianes de esas recetas ancestrales que, por suerte, no se han perdido.
Son muchos los conventos que venden dulces tradicionales durante estas fechas: los de Santa Ana, las Carmelitas Descalzas, las Clarisas… La venta de los famosos “dulces de monjas” es una de sus principales fuentes de ingreso, de ahí que muchas familias lo mantengan como gesto de apoyo. No solo tienen un sabor inconfundible, sino que, además, se elaboran de forma totalmente artesanal. Sin prisa, cuidando siempre la calidad de las materias primas y con las técnicas que llevan siglos funcionando.
Bebidas y espirituosos recomendables para acompañar los dulces
Hay dulces que piden a gritos ser acompañados por una buena bebida, y en Córdoba la tradición dicta que hay tres bebidas que son claves.
Pedro Ximénez
El PX es, sin duda, el rey de los vinos dulces de la ciudad, además de uno de los productos estrella. Su aroma a pasas, higos y caramelo hace que sea el acompañamiento perfecto para polvorones, mantecados, alfajores y, sobre todo, los roscos de vino. Ese contraste con la textura arenosa de los dulces crea una armonía perfecta.
Rosoli
El rosoli es un licor tradicional cordobés que se elabora con aguardiente y especias como la canela, además de cáscaras de cítricos. Cuenta con un sabor aromático, ligeramente dulce, que combina bien tanto con alfajores como con perrunas. Porque la clave es que permite reforzar esas notas especiadas sin llegar a ser empalagoso.
Anís
Y, por último, no podíamos dejar de hablar del anís. Una bebida clásica cordobesa que tiene un sabor limpio, potente y, sobre todo, aromático. Acompaña muy bien a roscos, mantecados y polvorones, puesto que equilibra muy bien su untuosidad con ese frescor que trae consigo. Sin duda, una bebida inolvidable y que todos los cordobeses asocian a la Navidad.