El origen de los flamenquines y dónde probar los mejores

Los flamenquines son uno de los platos más emblemáticos de la cocina andaluza, especialmente de Córdoba. Se han convertido, además, en uno de los platos estrellas de la tradición culinaria de la ciudad debido a su sabor, su textura y su versatilidad. Porque si bien es cierto que el flamenquín clásico es lomo de cerdo, jamón serrano y un empanado, ¡ahora hay otras tantas variedades disponibles que te sorprenderán! Hoy queremos adentrarnos en la historia de este plato tan tradicional, ver de dónde pudiera provenir y, sobre todo, dónde comer los mejores flamenquines de Córdoba.

flamenquín cordobés recién hecho

Qué es el flamenquín y por qué es tan popular

El flamenquín es un plato típico de la cocina andaluza, cuya elaboración es tan sencilla como deliciosa. Se elabora con lomo de cerdo, que se va rellenando con jamón serrano; una vez listo esto, se enrolla formando un cilindro, que posteriormente pasa por un proceso de empanado. Se come frito, siempre buscando alcanzar ese tono dorado y crujiente. Hay distintas teorías sobre su nombre, y hay algunas que apuntan a que pudiera tener que ver con los flamencos (soldados de Flandes).

Pero ¿por qué es tan famoso? Lo cierto es que hay dos claves en su éxito: su sencillez y, además, su combinación de sabores. El interior es muy jugoso, que contrasta a la perfección con el exterior tan crujiente que tiene. Además, son muchos los restaurantes que han experimentado con distintas técnicas y con ingredientes dispares, con lo cual lo han convertido en una tapa muy variada con la que poder experimentar.

Teorías sobre su origen

El flamenquín es, sin duda, un plato totalmente inseparable de la gastronomía cordobesa. No obstante, su origen no queda claro del todo, puesto que hay diversas teorías. Y hoy te vamos a contar algunas de las más interesantes.

  • Córdoba como cuna del flamenquín. Esta es la teoría más aceptada, y ubica el origen de este plato en Córdoba. Hay quien cree que proviene de la localidad de Andújar, mientras que hay quien señala que nació en la propia capital. Al parecer, este plato se comenzó a preparar como parte de una cocina de aprovechamiento. Se buscaba hacer algo con esos restos que quedaban del jamón serrano para, además, darle un toque diferente a los filetes de cerdo.
  • Inspiración árabe. Por otra parte, nos encontramos con expertos gastronómicos que sugieren que este tipo de preparación pudiera estar relacionada con la cocina árabe o mozárabe. Porque era tradición enrollar carne en otros ingredientes y, posteriormente, freírlos. Esta tendencia podría haberse adaptado tanto al tiempo como a los productos típicos de la región.
  • Influencia de los soldados flamencos. Como hemos señalado antes, hay teorías que apuntan a que su nombre podría derivar de los soldados de Flandes que acompañaron al emperador Carlos V. No solo podrían haber inspirado el nombre, sino también haber sugerido esa idea de envolver carne con ese empanado y, además, rellenarla de jamón.

Lo cierto es que, independientemente de cuál sea su origen, se ha consolidado como uno de los platos más característicos de la ciudad andaluza. Y, por suerte, se ha expandido a todas partes de España, aunque siempre con esa seña de identidad tan propia.

Cómo se prepara un flamenquín tradicional

La receta tradicional del flamenquín es bastante sencilla, aunque es importante mantener un equilibrio entre los ingredientes para conseguir tanto la textura perfecta como el sabor ideal.

Los ingredientes principales son:

  • Filetes de lomo de cerdo, finos y alargados.
  • Jamón serrano en trozos.
  • Harina, huevo y pan rallado, para así conseguir el empanado.
  • Aceite de oliva para freír.

La preparación es relativamente sencilla. Lo primero que se debe hacer es preparar la carne; la clave es que los filetes sean finos, para así hacer más sencillo el enrollado. Hay quien llega a golpearlos un poco con el mazo, para así ablandarlos. Tras esto, se va colocando el jamón sobre cada filete, en el medio, para así ir enrollándolo y que este siempre quede en forma de cilindro.

Cuando ya tenemos la forma lista, basta con empanar los rollos: se pasan primero por harina, luego por huevo batido y, posteriormente, por pan rallado. ¡Y así nos aseguramos de que queden bien cubiertos! Una vez listo, bastará con freírlos hasta que queden dorado y crujientes. Se suelen servir acompañados de ensalada o de patatas fritas, dependiendo de lo que cada comensal prefiera.

Los ingredientes deben ser de buena calidad y, además, el punto de fritura debe ser justo. Porque así se conseguirá que quede crujiente por fuera y jugoso por dentro.

Variantes del flamenquín

Una de las ventajas que hemos señalado de este plato es, como hemos señalado, su versatilidad. Porque con el paso de los años hemos ido viendo aparecer una gran cantidad de versiones de este plato. Algunas de las variedades más conocidas son:

  • Flamenquín de queso. Muy popular para los amantes de este ingrediente, que consigue una textura muy cremosa y un sabor mucho más intenso.
  • Flamenquín de rabo de toro. Es una interpretación mucho más gourmet, y apta sobre todo para los amantes de los sabores intensos.
  • Flamenquín de pollo. Ha ganado mucha popularidad, porque tiene un sabor algo más suave que el de cerdo.

Además, encontrarás variantes vegetarianas, con ingredientes añadidos como huevo, o incluso con distintos tipos de rellenos y salsas. ¡Te recomendamos experimentar en la medida de lo posible, porque es un auténtico acierto!

Dónde comer los mejores flamenquines

Córdoba es, sin duda, el lugar por excelencia para disfrutar de los mejores flamenquines. Y, de entre los restaurantes más destacados de la ciudad, te queremos recomendar tres en particular:

  • La Posada del Caballo Andaluz. Está ubicado en el casco histórico de la ciudad, en el barrio de San Basilio. No solo encontrarás el flamenquín más tradicional, sino también un patio andaluz que lo convierte en un lugar ideal para disfrutar de la compañía. Y otros tantos platos tradicionales que querrás probar sí o sí.
  • Taberna La Viuda. El lugar ideal para los más atrevidos, porque encontrarás creaciones muy innovadoras. Nuestros favoritos son el flamenquín de queso y el flamenquín de rabo de toro con salsa de chocolate, acompañado también del jugo de rabo de toro. Una experiencia gastronómica sin igual, que combina lo dulce, lo salado y la máxima sofisticación.
  • Restaurante Puerta Sevilla. Junto a las murallas de la ciudad, este es un restaurante especialmente famoso por su increíble interpretación del flamenquín más tradicional. Una receta que destaca sobre todo por la calidad de la carne y, además, por el cuidado en cada detalle.