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Vinos de Montilla-Moriles: tradición vinícola cordobesa

La Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles es, sin lugar a duda, una de las grandes joyas vinícolas tanto de Andalucía como de España en general. Esta región vitivinícola cordobesa tiene siglos de tradición vinícola, y ha llegado a producir vinos capaces de conquistar cualquier paladar tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Gracias a su particular clima, a sus suelos y a las variedades de uvas que crecen en la zona, los vinos de Montilla-Moriles han conseguido posicionarse como un referente de calidad y de distinción. Desde el vino Fino hasta el reconocidísimo Pedro Ximénez, la diversidad de esta región es una expresión viva del saber hacer de generaciones de expertos. ¡Sigue leyendo!

Vino Montilla Moriles

Historia y tradición de esta DOP

Queremos comenzar este texto hablando de la tradición vinícola que hay tras la DOP Montilla-Moriles, que se remonta mucho más atrás en la historia de lo que podrías imaginar. Fueron los romanos, grandes amantes del vino, los que introdujeron el cultivo de la vid en esta región. Posteriormente, los árabes tuvieron una influencia contradictoria en este sentido. Si bien prohibieron el consumo de vino, perfeccionaron en buena medida las técnicas de cultivo, y eso ayudó al florecimiento de la vid que hubo tras la Reconquista.

Fue a partir de los siglos XV y XVI que comenzaron a adquirir cierto renombre estos vinos. La clave de su éxito fue su calidad y, además, la gran capacidad de envejecimiento que tenían. Durante esa etapa, el comercio con América fue clave para comenzar a expandir este producto y, cómo no, su popularidad.

El nombre surge de la unión de dos localidades que son clave. Montilla es considerada, aún a día de hoy, el corazón de la producción vinícola; por otra parte, Moriles es famosa por tener tierras de una gran calidad. Fue en el año 1932, hace casi 100 años, que se reconoció esta DOP y pasó a ser una de las grandes joyas de la gastronomía cordobesa. A partir de ahí, se consolidó su reputación y se garantizó la protección de su identidad. Y, desde entonces, la región ha conseguido mantener su tradición sin perder jamás esa esencia artesanal, aunque buscando adaptarse en buena medida a los cambios.

Características únicas de los vinos

La clave de que estos vinos tengan esa calidad tan excepcional es una combinación única de factores tanto naturales como humanos, que es justo lo que hace que tengan ese carácter inconfundible.

En primer lugar, hemos de tener en cuenta tanto el clima como el suelo. Estamos ante un clima mediterráneo continental, con veranos que son largos y calurosos y que ayudan a que la maduración de la uva sea óptima en todos los sentidos. A esto hay que añadirle que las lluvias son bastante escasas, y que los suelos son tierras albarizas. Es decir, suelos calizos, pobres en materia orgánica y, precisamente por eso, perfectos para el cultivo de la vid. Porque retienen muy bien la humedad.

A esto hemos de añadirle los métodos humanos. Porque una de las características más destacadas de estos vinos de Montilla-Moriles es su crianza, ya que se siguen procesos naturales para proteger el vino del oxígeno. Y esto es lo que hace que tengan a posteriori esos aromas y sabores totalmente únicos. Sin olvidar, por supuesto, el saber hacer de todos esos viticultores y bodegueros, que es clave a la hora de elaborar también todos estos vinos de gran calidad y personalidad.

Y si bien es cierto que hay muchas variedades de uva, la uva conocida como Pedro Ximénez es la protagonista indiscutible de los vinos Montilla-Moriles. Es una uva adaptada perfectamente al clima y al suelo de la región, capaz de producir vinos muy generosos y dulces, totalmente excepcionales.

Tipos de vino Montilla-Moriles

¿No sabes exactamente cuáles son los vinos que se esconden bajo la DOP Montilla-Moriles? No te preocupes, porque te los vamos a mencionar todos para que, de este modo, siempre sepas cuál es el más indicado para ti en cada circunstancia.

  • Vino joven o blanco: Este se elabora a partir de uvas Pedro Ximénez, acompañadas de otras variedades. Es fresco, ligero, y es una de las mejores alternativas si lo que quieres acompañar son platos suaves.
  • Fino: Es uno de los más característicos de Montilla-Moriles. Tiene un color pálido, seco, y cierto aroma a almendra.
  • Amontillado: Este surge de un proceso mixto, porque comienza su crianza bajo velo de flor y, posteriormente, pasa a una crianza oxidativa. Es seco, tiene ciertos tonos ámbar y, además, aromas complejos que recuerdan a la madera y a la avellana.
  • Oloroso: En este caso, hablamos de un vino criado exclusivamente de forma oxidativa. Tiene un color bastante más oscuro, con cuerpo, y unos aromas intensos a frutos secos. Es una de las mejores opciones para maridar con carnes rojas o con guisos.
  • Palo Cortado: Sin duda, uno de los vinos más especiales, porque combina esas características aromáticas que ya hemos mencionado del Amontillado con el cuerpo del Oloroso.
  • Pedro Ximénez: Es el rey indiscutible de los vinos dulces, elaborado con uvas pasificadas al sol. Tiene una textura densa, un color oscuro y un sabor inconfundible a pasas y a miel. Además, es ideal para un maridaje con postres ¡o con quesos azules!

Variedades de uva

Como podrás imaginar, hay diferentes variedades de uva dentro de todas las que se pueden hallar en Montilla-Moriles. Es innegable que la más característica es la uva blanca Pedro Ximénez, aunque hay otras variedades que aportan también ciertos matices.

Sin duda, la Pedro Ximénez es la más apreciada, por esa capacidad de acumular azúcares y por su resistencia al clima cálido. Pero también se encuentra la aceituna Airén, que si bien está menos extendida, se usa mucho en la elaboración de vinos blancos y jóvenes. Además, también hallamos la aceituna Moscatel, que aporta cierta frescura y notas florales a los vinos dulces. Y, por último, la uva Verdejo, que se puede usar para aportar complejidad a los vinos blancos.

Cómo maridar los Vinos Montilla-Moriles con platos cordobeses

Una de las grandes dudas a la hora de consumir vino es cómo hacer que el maridaje sea perfecto. ¡No te preocupes! Porque nosotros te vamos a echar una mano.

  • Vino Fino: Es ideal para acompañar platos típicos de la gastronomía cordobesa, como salmorejo, berenjenas fritas con miel de caña o embutidos ibéricos.
  • Amontillado: Al ser más complejo, es perfecto para platos más intensos. Como, por ejemplo, el rabo de toro, un guiso especiado, o incluso un buen flamenquín.
  • Oloroso: Su maridaje perfecto es con carnes rojas, con quesos curados o con platos de caza. Como una buena carrillada en salsa.
  • Vinos jóvenes: Para tapas, ensaladas frescas, o incluso con un pescado suave, son una alternativa perfecta.
  • Pedro Ximénez: Es el mejor vino para terminar la comida, para un buen postre, como pastel cordobés o natillas caseras.

Bodegas emblemáticas de la región

La DOP Montilla-Moriles cuenta con algunas bodegas que han conseguido conservar la esencia y el prestigio de todos estos vinos con el paso de las generaciones. Algunas de las más emblemáticas y conocidas son:

  • Bodegas Alvear: Se fundó a principios del siglo XVIII, y es una de las más antiguas tanto de Andalucía como de toda España.
  • Bodegas Pérez Barquero: Una auténtica referencia, capaz de producir vinos de una calidad totalmente excepcional.
  • Bodegas Robles: Destacan por haber apostado por combinar la calidad con la viticultura ecológica.
  • Bodegas Cruz Conde: Esta se encuentra especializada en vinos de un sabor inconfundible, y han combinado tradición e innovación en todas sus elaboraciones.
  • Toro Albalá: En este caso, es una bodega excelente en Pedro Ximénez añejos, y conserva un legado familiar tanto de calidad como de prestigio.

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