El Palacio de Viana, situado en pleno corazón de Córdoba, es un monumento de visita obligada para todos los que estén en la ciudad. Es una auténtica joya arquitectónica que combina a la perfección siglos de historia, tradición y arte, convirtiéndose en un patrimonio de valor incalculable. Este edificio ofrece una experiencia única para todas sus visitas, transportándolas a través del tiempo. Hoy te vamos a contar toda su historia, qué es lo que encontrarás en su interior y, además, dónde encontrarlo y cuál es su horario de visitas. ¡Sigue leyendo!
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Historia y orígenes del palacio
Los orígenes del Palacio de Viana se remontan al siglo XV; en ese momento, la ciudad se encontraba en pleno auge tanto económico como cultural. En su fundación, fue concebido como una casa señorial. No obstante, con el paso de los años fue ampliándose y fue transformándose, convirtiéndose en lo que conocemos ahora mismo. Tanto durante el Renacimiento como durante el posterior Barroco, el edificio sufrió importantes reformas que le acabaron otorgando el aspecto que tiene en la actualidad. Es decir, una amalgama de estilos arquitectónicos que acaba teniendo como resultado una auténtica joya.
Como curiosidad, debes saber que el nombre de Viana proviene de los marqueses que residieron en él durante generaciones. Comenzaron en el siglo XIX, y el palacio fue una herencia que los Marqueses de Viana disfrutaron durante mucho tiempo. Además, jugaron un papel clave tanto en su conservación como en su embellecimiento posterior. Porque apostar por engalanarlo con colecciones de arte, elementos decorativos y una gran cantidad de antigüedades, que acabaron por dotarlo de esa personalidad tan única.
Fue en el año 1980, hace relativamente poco, cuando el Palacio de Viana fue adquirido por una institución y se abrió al público como museo. De esta forma, lo que se buscaba era preservar el patrimonio histórico de la ciudad y ponerlo al alcance de todos los ciudadanos, ¡y de todas las visitas! Y es gracias a eso que podemos disfrutarlo en la actualidad.
Interior del palacio de Viana
El interior del palacio es un auténtico despliegue de lujo, elegancia e historia; nos muestra, con un simple vistazo, el estilo de vida de la antigua nobleza española. No es un museo al uso, sino que hablamos de una casa donde se ha tratado de mantener la vida que antaño hubo. Es precisamente por eso por lo que se conservan todas las estancias, así como los diferentes objetos de los propietarios. ¡E incluso el menaje de cocina! Todo ello expuesto en su lugar original, para hacer la visita mucho más interesante.
Hay diferentes habitaciones privadas, aunque hay dos que queremos enumerar para que conozcas más en profundidad:
- Salón de los sentidos: es una de las primeras estancias que verás en tu visita, y es un salón de té que se encuentra amueblado con todos los enseres del siglo XIX. Además, cuenta con pinturas murales que representan los cinco sentidos, de ahí su nombre. Si bien es cierto que todos los detalles son interesantes, lo son aún más la porcelana de Sévres que se puede ver encima de la chimenea y la lámpara francesa que engalana su techo.
- Salón Rojo: tras ver esta sala de té, pasarás al Salón Rojo, una de las estancias con más vida de estos últimos siglos. Todas las paredes están tapizadas en seda, obra de la tercera marquesa de Viana. Sofía Amelia de Lancaster fue la que diseñó esta habitación, en el que incluyó un retrato de la reina Victoria Eugenia que realizó el propio Joaquín Sorolla.
Pero aquí no acaba la visita, puesto que continuamos la visita con el dormitorio y el cuarto de baño de la marquesa. Estos contrastan con el Salón Rojo por su sencillez y, sobre todo, por permitirnos asomarnos a su vida gracias a sus objetos personales. Cerca se encuentra el dormitorio del marqués, puesto que era tradición en la época tener habitaciones separadas. En este caso, tiene una ambientación que nos recuerda al camarote de un barco.
Justo al lado se halla el despacho de la Marquesa, con un estilo del siglo XVI que se evidencia en ese increíble techo mudéjar.
Esta visita a todas las estancias privadas finalizará en el comedor, con una decoración mucho más austera: una chimenea, una alfombra colgada en la pared y unas piezas de cerámica muy populares del siglo XVII. Que no te engañe ese apariencia sencilla, puesto que son auténticos tesoros.
Además, se pueden visitar también las zonas de servicio, divididas en diferentes estancias. Comenzamos con una que está divida en dos: una zona de cocción y otra de lavado. Tras esto, encontramos una cocina campera, cuya visita es obligada, puesto que nos muestra un retazo de historia viva. E incluso se puede ver una vajilla de porcelana del Viejo París que dejará boquiabiertos a todos los que la vean.
Por último, se puede acabar en la llamada zona de invitados. Esta cuenta con su propio salón, denominado Salón del Artesonado. Por supuesto, cuenta con dos dormitorios: el Dormitorio Francés y el Dormitorio Negro. Casi sorprende todo lo que se puede hallar en su interior, especialmente si tenemos en cuenta la austeridad que refleja su fachada.
Los doce patios
Aunque pueda parecer increíble a priori, el Palacio de Viana oculta nada más y nada menos que doce patios en su interior:
- Patio de Recibo.
- Patio de los Gatos.
- Patio de los Naranjos.
- Patio de las Rejas.
- Patio de la Madama.
- Patio de las columnas.
- Patio de la Alberca.
- Patio del Pozo.
- Patio de los Jardineros.
- Patio de la Capilla.
- Patio del Archivo.
- Patio de la Cancela.
Todos ellos son impresionantes, puesto que se puede ver un fiel reflejo del patio cordobés. Es decir, una herencia que los andaluces han mantenido desde los antiguos romanos y árabes.
Te recomendamos dedicar un buen espacio de tiempo a pasear por todos ellos, puesto que es un recorrido no solo histórico, sino también sensorial. Plagado de olores, colores y belleza que se han transmitido de generación en generación.
Actividades y eventos
Más allá de solo visitar el Palacio de Viana, debes saber que es un lugar plagado de eventos. Podrás consultarlos todos en tiempo real en este enlace, donde encontrarás actos con relación a las fiestas de cada momento del año. Y, además, exposiciones de cuadros, obras de teatro, conciertos… Córdoba ha mantenido este Palacio como un punto cultural para seguir dándole vida a un patrimonio histórico en sí mismo.
Ubicación y horarios
Por supuesto, podrás hacer una visita al Palacio. Y, en caso de que quieras planificar tus visitas con antelación, debes saber que los horarios son los siguientes:
- De martes a sábado, de 10 a 19 horas.
- Domingos y festivos, de 10 a 15 horas.
En caso de que vayas en julio o agosto, abre de martes a domingo de 9 a 15 horas, y cierra todas las tardes. Además, está cerrado todos los lunes.
💡 Te dejamos con otro monumento imperdible de la ciudad: la Mezquita Catedral de Córdoba