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El Molino de la Albolafia: Una Noria con Historia

¿Vas a visitar Córdoba? En ese caso, el conocido Molino de la Albolafia debe ser sí o sí una parada obligatoria en tu estancia en la ciudad. Se encuentra en pleno corazón de la ciudad, en la ribera del Guadalquivir, y ha sido testigo de siglos de historia. Es más, hoy en día sigue considerándose uno de los monumentos que forman parte del patrimonio de esta majestuosa ciudad. Sigue leyendo, porque te vamos a contar todo lo que debes saber. Desde sus inicios como un simple molino de agua, hasta cómo pasó a ser un auténtico icono cultural. 

molino de la Albolafia
Molino de la Albolafia

Historia 

El hoy conocido como Molino de la Albolafia fue construido allá por el siglo X, cuando la península ibérica aún se encontraba en manos de los árabes. Así que estamos hablando del molino de mayor antigüedad de los cuatro que hay en la ribera. 

Abd al-Rahman II fue el que lo mandó construir, con la finalidad de llevar agua hasta el palacio, lo que hoy conocemos como el Alcázar. Fue creado como un molino de agua, que formaba parte de la red de infraestructura hidráulica que los musulmanes desarrollaron en la ciudad. Su importancia iba mucho más allá de lo que aportaba a nivel económico. Tanto su arquitectura, con influencias árabes, como la ingeniería tan avanzada que se había usado, reflejaba la maestría de aquella época.  

Tras la Reconquista cristiana, se continuó usando el molino, pese a que ahora los gobernantes fueran distintos. Porque supieron ver la utilidad real de este dispositivo, independientemente de quiénes lo hubiesen diseñado. Aunque fue en 1492 cuando el molino vivió uno de sus peores momentos: la reina Isabel Católica mandó desmontar la noria, debido al ruido que hacía su eje. Hay documentos de principios del s. XVI donde se atestigua que, en efecto, esto sucedió.  

Pese a que nació como un molino de agua, pensado para proveer agua a las huertas del Alcázar, poco después se transformó en un molinero harinero. Ha cambiado de dueños a lo largo de la historia, así como de funcionalidad, pero continúa mostrándonos su estructura inicial. Es por eso por lo que fue catalogado como Patrimonio Cultural y un bien histórico de Interés General. 

Ubicación 

La ubicación del Molino de la Albolafia ayuda a crear gran parte de la magia que este trae consigo. Porque se encuentra en los Sotos de la Albolafia, un paraje que el tiempo ha creado del material de arrastre que el río Guadalquivir ha ido depositando a su paso. Este entorno, que se prolonga a lo largo de seis kilómetros, es el hábitat de una gran variedad de aves y de plantas. Tal es su importancia, su singularidad y su riqueza, que en 2001 fue declarado un Monumento Natural. 

molino de la albolafia y puente romano
Vistas del Molino de la Albolafia y el Puente Romano

Además, se encuentra a las afueras del Alcázar de los Reyes Cristianos, y forma parte también del exterior de la Mezquita. Gracias a su posición estratégica, es fácil encontrar un hueco en una visita a Córdoba para echarle un vistazo. A esto hay que añadirle que se encuentra al lado del famoso Puente Romano, otro de los enclaves turísticos más importantes de toda la ciudad. 

Otros molinos de la zona 

Pese a que el Molino de la Abolafia destaca tanto por su importancia histórica como por su belleza arquitectónica, no es el único molino que se puede encontrar en la ribera. Si bien es cierto que el resto quizá no tienen la misma relevancia, continúan formando parte del legado cultural de Córdoba, y os recomendamos visitarlos en caso de tener la oportunidad. 

Entre los más destacados, hemos de mencionar el conocido Molino de la Alegría. Tiene una arquitectura bastante particular, y fue muy importante durante el s. XIX en la producción de harina. Junto a este, hemos de hablar del Molino de San Antonio. Por desgracia, se encuentra casi en ruinas, pero aún conserva parte de la estructura original. 

El Molino de la Albolafia es mucho más que una estructura. A lo largo de los siglos, ha conseguido erigirse como un símbolo de la historia y la identidad de Córdoba, llegando a aparecer incluso en la bandera de la ciudad junto al puente Romano, la muralla y la Mezquita. Ha conseguido resistir al paso del tiempo, recordándonos así cómo el pasado continúa vigente en el presente, y mostrándonos historias entretejidas de generaciones pasadas. 

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